El sistema actual obliga a inscribir a los hijos de un matrimonio con el apellido del padre, permitiéndose, de manera opcional, anotarlos con el apellido compuesto del padre o añadir el de la madre.
Frente a esto, el proyecto propone inscribir obligatoriamente a los recién nacidos con dos apellidos: el primero del padre y el primero de la madre. Y permite que personas de cualquier edad puedan pasar a tener también doble apellido.
Otra modificación importante afectaría a los casados. Hasta ahora las esposas utilizan el apellido de sus maridos antecedido de la preposición ‘de’. El uso de esta partícula no está exento de polémica. Para algunas es discriminatorio y denota posesión; otras, en cambio, portan con orgullo el apellido del marido. Frente a quienes optaban por prohibir su uso, el proyecto propone que puedan ser ambos esposos, y no sólo la mujer, quienes añadan el apellido de su cónyuge. Y que puedan optar por hacerlo usando la partícula ‘de’ o la conjunción ‘y’.
Otras modificaciones menores permitirían la inscripción de los recién nacidos con nombres extranjeros (siempre que la pronunciación y la grafía lo hagan posible) y cambiarse el nombre a los mayores de 18 años.
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